Desde que el mundo es mundo
La Tierra, un planeta majo. Eso está clarísimo, viva La Tierra, qué cojones.
Sin embargo, muchos han sido los cambios que dicho planeta ha sufrido durante su evolución.
Primero el rollo ese del Bim-Bum, o Pim-Pum-Pang, o algo así, no sé, a ver déjame que lo mire. Pues eso, lo que yo decía, el Big-Bang, y como todos sabemos en que consiste pues no hace falta que lo explique...
[…]Según la teoría del Big Bang, el Universo se originó en una singularidad espaciotemporal de densidad infinita y físicamente paradójica. El espacio se ha expandido desde entonces por lo que los objetos astrofísicos se han alejado unos respecto a otros[…]
Sí, os lo he leído, no me lo sé de memoria, no.
Bueno, después de eso surge la Pangea, que estaba chulísima lo que pasa es que estaba habitada por microorganismos o algo así, no lo sé con gran certeza. Luego ya viene la famosa evolución, con pitos y flautas, dinosaurios, parque jurásico, la edad de hielo, y todo eso. Los dinosaurios palman y pasan muchos más años con muchas más evoluciones impronunciables, y se acabó, viene el ser humano y lo jode todo. Se acabó eso de que la naturaleza nos guíe y nos cambie. Nosotros (perdón: vosotros) hace ya muchos años, cogimos y profanamos nuestro querido planeta con gases tóxicos y todo eso; mucho desodorante para el sobaco, etc. La gente lo dejaba de lado, pasaba de todo y no le importaba gran cosa, parecían pensar: “como yo no lo veré, ya lo verán mis tatatatataranietos, por ahora no es mi problema”.
Gracias majos, gracias. Aquí estamos los tatatatataranietos, en un mundo completamente diferente.
¿Recordáis las películas del oeste de John Wayne?, pues eso.
Aunque con sus salvedades, claro.
La Tierra es un gran planeta que evoluciona de una manera increíble. Calculo que quinientos años (lustro arriba lustro abajo) después de tu era, joven paleolítico, nuestra querida raza humana había alcanzado la auténtica cumbre en la escala evolutiva. Todo lo dominaba y en todo creía ser invencible, imparable. Avanzados medios de transporte, comodidades robo-tecnológicas, prácticas de ocio completamente vanguardistas, e incluso un estatuto social muy equilibrado y justo para todos. Je, je, qué poco os duró pequeños perdedores... se fue avisando, desde vuestra era ya os lo avisan, pero no haréis el más mínimo caso. Y tampoco lo harán en un futuro, ya que tras otros quinientos años más o menos (lustro arriba lustro abajo) todo se fue al garete. Nadie prestó atención al asunto, y los abusos llegaron a donde todo abuso acaba por llegar: cansancio. El planeta se cansó, no tenía más fuerzas y decayó. Agotadas muchas fuentes de energía, el pánico comenzó a surgir. La capa de ozono acabó más agujereada que un queso de gruyere y la flora y fauna del planeta disminuía a toda velocidad. La mayor de las consecuencias fueron los cambios en la temperatura terrestre debido a su inestabilidad: las zonas frías fueron más frías de lo que eran, y las zonas cálidas más calurosas aún. Y así, pasaron así a ojo otros quinientos años (lustro arriba lustro abajo), y llegamos a mi era.
Fíjate bien: La Tierra es un planeta en su mayoría desolado, yermo, cubierto por arena y calor. La gran mayoría de “zonas verdes” del planeta han desaparecido.
Algo sigue quedando de “los viejos siglos”, aunque más bien poco.
Todo vestigio de modernidad fue dejado de lado (menos las armas y la música) y los medios de transporte han involucionado de manera más que esperada. Por supuesto, los caballos perduran (bien por ellos), pero también se aceptan otros bichejos, ya sea la llama o la gacela doméstica (corre mucho pero suele morir pronto).
Lo dicho, que estamos en un mundo cambiante.
En medicina, bueno, algo hemos recuperado de “los viejos siglos”, pero no todo está como antes. Hay una fuerte red ilegal de medicina, ya que practicar cualquier operación quirúrgica sin la debida revisión o vigilancia está prohibido, a lo que se le suma el tráfico de órganos.
Vamos, que como pases por un callejón oscuro en un momento inadecuado eres capaz de salir sin riñones y con un pulmón. Aunque eso sólo pasa en los peores barrios.
Pero claro, yo, un cazarrecompensas, me veo obligado a pasar por muchos y extraños sitios.
Muy dura esta profesión.
Y bueno, creo que no hace falta contar mucho más, aunque esto es sólo el principio.
Yo quiero contaros mi historia, más que nada porque estoy aburrido y muerto de hambre tirado en un oscuro agujero. Supongo que os preguntaréis la razón... ... ... ... ... ... ... ... ..., estoooo, tenéis razón, cómo va a importarle mi vida a nadie, si soy un ruin cazarrecompensas. Alguien como yo se supone que debe ser diestro en el arte del sigilo, el arte del robo, como un ninja vamos. Además, debe ser un buen pistolero. Vamos, un tío con dos pelotas. Y lo soy, ya lo creo que sí, soy fuerte y ágil, sé pelear y no soy manco con las armas. Aún así nadie suele tener mucha confianza en mis habilidades... de hecho, nadie tiene confianza en nadie. Pero bueno, a pesar de mi INCREÍBLE “potencial” (ejem), y tras muchos, muchos, muchos sucesos y movidas de todo tipo, he acabo en el fondo de una cueva oscura como la boca del lobo.
Y así estoy actualmente: encerrado y sin nada que hacer. Aunque no os interese, os lo tendré que contar para que sepáis por qué me encuentro aquí tirado esperando mi muerte por hambre…
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